No cabe duda de que la actual Pandemia de Covid-19 ha acelerado el proceso de digitalización en todo el mundo. De la noche a la mañana nos vimos obligados a –trabajar y estudiar desde casa, hacer fiestas virtuales por Zoom, tomar clases de ejercicio en línea, consultar con nuestros médicos por vídeo llamada, escuchar misa (u otros servicios religiosos) vía Internet y, tristemente, muchos han tenido que dar su último adiós a sus seres queridos de manera virtual.
Aunque ya sabíamos que América Latina se encontraba rezagada en el acceso a Internet de Banda Ancha (es decir Internet de Alta Velocidad), Covid-19 evidenció aún más la importancia que dicho acceso representa en nuestras vidas y nuestras economías. Se requiere de un esfuerzo conjunto entre los diferentes segmentos de la sociedad (gobiernos de todos los niveles, reguladores, operadores de telecomunicaciones, operadores neutrales, instituciones educativas, académicos, intelectuales, etc.) para buscar la manera de acelerar, de manera ordenada, el despliegue de redes de telecomunicaciones de última generación dónde la fibra óptica actúa como la espina dorsal para llevar más y mejor conectividad a cada rincón de la región.
La periodista Leticia Pautasio de Telesemana resume algunos de los retos que enfrentamos, y algunas de las propuestas de colaboración creativa que están surgiendo para promover y agilizar el despliegue de redes de fibra óptica que nos permitan cerrar la brecha digital de la región.
