Por Cristina Cariño Trujillo
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Sin importar a qué área de la empresa se reporten, o a que industria, tipo de empresa u organización pertenezcamos, todos nuestros colaboradores —en sus distintos rangos y cargos— han sido expuestos a niveles de estrés nunca vistos en nuestra generación.
Para muchos a quienes la naturaleza de su trabajo les permite hacer home office (sobre todo quienes viven en las grandes urbes) trabajar desde casa ha presentado un gran número de beneficios —como evitar el doloso traslado durante las horas pico de tráfico, ahorrar en combustible o transporte público, y reducir el estrés causado por dichos traslados—. Sin embargo, también hay que considerar los contras de esta modalidad, por ejemplo, el aislamiento social puede generar cierto nivel de ansiedad y depresión, lidiar con hijos pequeños y estar pendientes de ellos mientras toman clases en línea puede ser un factor de estrés, así como el no contar con una adecuada conexión a internet, o espacio adecuado para trabajar con menos distracciones.
El nivel de estrés puede ser aún mayor para los trabajadores denominados esenciales en nuestra industria —cómo los técnicos instaladores, personal de producción, logística, o personas que trabajan en centros de atención— quienes tienen que movilizarse todos los días a sus centros laborales, y verse expuestos a un mayor contacto con otras personas. Dicho nivel de estrés se acentúa en el caso de los técnicos instaladores que tienen que visitar decenas de clientes a la semana en sus hogares haciendo reparaciones o nuevas instalaciones, teniendo en mente que en su hogar les espera un recién nacido, o una persona vulnerable por su avanzada edad o condición de salud. Aunque los técnicos instaladores usen la debida protección, muchos de los clientes que visitan hacen caso omiso de las recomendaciones sanitarias, creando un ambiente más hostil para dichos técnicos, cómo lo afirma Gerry Smith en un artículo sobre el tema para Bloomberg.
A nivel global, las empresas parecen estar tomando nota del deterioro en el bienestar y salud mental de los trabajadores, y están cambiando el enfoque de sus programas de beneficios para atender esta creciente problemática. En un artículo de El País, titulado “La pandemia silenciosa: la salud mental de los trabajadores empeora a gran velocidad”, Carmen Sánchez Silva narra cómo los trabajadores están sufriendo los estragos de la pandemia; lidiando con diversos trastornos psicológicos de ansiedad, estrés y depresión, entre otros.
En FYCO Telecomunicaciones de México, mucho énfasis se ha puesto en este tema, primero porque en México se aprobó en 2018 La NOM 035 STPS —la cual tiene como objetivo establecer los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo—; y, segundo, porque están convencidos que atender este problema permite que los colaboradores, y la empresa, obtengan un mejor desempeño.
En entrevista con Jhonny Juárez, Country Manager de FYCO en México, y Laura Baptista Araujo, Psicóloga Clínica Especializada en Neuropsicología —a quien FYCO contrato cómo colaboradora externa para lidiar con este tema— nos comentaron que se aplicaron evaluaciones a todos los colaboradores para establecer un diagnóstico, tanto del individuo, como de la empresa. Basado en los resultados se implementó un plan de trabajo que incluye sesiones grupales para abordar temas como: inteligencia emocional, hábitos saludables, psicoeducación, como lidiar con el home-office, cómo lidiar con juntas y frustraciones, como acabar la jornada laboral, así como sesiones de mindfulness para mejorar la capacidad de relajación, concentración y productividad.
FYCO ha visto resultados tan favorables en su sucursal de México, que están planeando implementar este programa en todas sus sucursales de Latinoamérica.
Es recomendable que todas las empresas se tomen en serio la salud mental de sus colaboradores, e inviertan en programas de evaluación para detectar a tiempo trastornos que pueden afectar la productividad y bienestar de los colaboradores, y al mismo tiempo generar un ambiente laboral tóxico que se puede ver reflejado en los resultados de la misma empresa. La elaboración de talleres y sesiones grupales, así como sesiones individuales —en caso necesario— es una herramienta eficaz para asegurar un ambiente laboral sano, con colaboradores comprometidos, sanos y contentos.
La Maestra Cristina Cariño Trujillo es licenciada en psicología y maestra en administración de empresas con amplia experiencia en capital humano, desarrollo de talento, capacitación y administración de empresas.
