No cabe duda de que la pandemia ha hecho aún más evidente la brecha digital en nuestros países. Los que tenemos acceso a Internet de Banda Ancha, tenemos la fortuna de poder trabajar y estudiar desde casa; sin embargo, ese no es el caso para un gran porcentaje de la población –ya sea por falta de recursos económicos, o porque en las zonas rurales donde viven no hay ningún tipo de servicio disponible.
El Internet de Banda Ancha se ha vuelto esencial para el mundo de hoy; tenemos que hacer presión a nuestros gobiernos para que dediquen más recursos para este tipo de programas que jugarán una pieza clave en la recuperación de nuestras economías Post Covid-19.
La falta de acceso a Internet de Banda Ancha nos afecta a todos. Mientras países como Korea del Sur, China, España e Italia, han hecho grandes inversiones en infraestructura de redes de telecomunicaciones (con fibra óptica e inalámbricas), la mayoría de los países en Latinoamérica no le han dado, en general, la debida importancia. La infraestructura de telecomunicaciones debe ser considerada tan indispensable como la infraestructura de carreteras, de energía eléctrica y de agua potable.